Inicio esta sección con una
reseña y crítica a una saga que se ha estado apoderando de mi tiempo durante
estos últimos días. Y es que leerla me hace regresar a la época de mi infancia,
donde siempre jugaba con hadas y dragones imaginarios.
Por ser una saga de cinco libros,
me tomé la molestia de dividir la reseña en dos, pues para hablar de ellos creo
que hay que dividir el viaje de los protagonistas debido a la madurez que
comienzan a tener con el paso de libro a libro.
La saga, como leerán en el
título, se llama “Las Crónicas de Prydain
“, del escritor estadounidense Lloyd Alexander, y consta de cinco títulos: El libro de los Tres, El Caldero Negro, El Castillo de Llyr, Taran el
Errante y El Gran Rey. En esta
ocasión hablaré de los primeros dos libros.
EL LIBRO DE LOS TRES
Sinopsis: En un tiempo
remoto y perdido en la memoria, las fuerzas del mal lideradas por el rey Arawn,
señor de Annuvin, avanzan imparables y amenazan con sumir en el caos y las
tinieblas a las fértiles tierras de Prydain. Mientras tanto, Taran, instruido
por el poderoso mago Dallben, sueña con convertirse en un gran guerrero y
realizar importantes hazañas como las de sus admirados y legendarios héroes.
Pero lo que no sabe es que muy pronto sus deseos van a convertirse en
realidad... Cuando Hen Wen, una cerda que adivina el futuro y única conocedora
del secreto para derrotar a las tropas invasoras, escapa, Taran emprenderá su
búsqueda sin saber que un largo y peligroso viaje le espera.
Crítica:
La historia comienza con Taran,
el Aprendiz de Porquerizo de Caer Dallben, uno de los “pueblos” de Prydain.
Este joven se nos presenta como un chico huérfano que desea ser un héroe como
el Príncipe de Caer Dathyl, Gwydion, a quien él admira desde lo más profundo de
su ser. Junto con él vive Coll, un viejo héroe de guerra, y Dallben, un
poderoso mago.
Dallben tiene el don de saber las
cosas incluso antes de que lleguen a ocurrir, debido a eso debe siempre
meditar, y proteger por sobre todas las cosas El Libro de los Tres, un enorme y viejo tomo mágico que lo ayuda
con sus dones. Y que nadie más que él puede tocar.
La aventura comienza cuando
Dallben, alertado por un tumulto que provocan los animales, le pide a Taran que
prepare a Hen Wen, una cerda oráculo que poseen, pero la cosa se complica cuando
ésta escapa presa del pánico sobre algo que los ojos humanos no pueden ver.
Taran sin pensarlo dos veces se lanza en su búsqueda internándose en los bosques
más cercanos, emprendiendo así una misión que tal vez lo lleve al camino de la
gloria que tanto ha soñado. En el trayecto deberá enfrentarse con más de un
obstáculo, más aún cuando el Señor de Annuvin, Arawn, quien poseé poderes
malignos, está intentando hacerse de toda Prydain mediante un ejército
invencible de Nacidos del Caldero (una especie de guerreros inmortales), y por
un guerrero que le ha vendido su alma por el precio de la gloria y el poder: El
Rey con Cuernos.
En el trayecto Taran conocerá a
un grupo de personas y animales fantásticos que lo acompañarán durante toda su
vida, entre ellos el mismísimo Príncipe Gwydion, la joven princesa Eilonwy, el
bardo Fflewddur Fflam, una criatura peluda llamada Gurgi y Doli, un enano del Pueblo
Rubio. Cada uno con una personalidad diferente, que de momentos adoras para más al rato pasar a "odiarles". En este libro en particular, los personajes de Gurgi y la princesa Eilonwy son los que más me llaman la atención, el primero por su forma de ser y su amor por la comida, incluso su forma particular de hablar de sí mismo en tercera persona, que me recuerdan a Gollum del Señor de los Anillos de Tolkien, o incluso al elfo doméstico Dobby de Harry Potter, incluso la forma en la que Gurgi intenta a cada rato "salvar a sus nobles amos para poder obtener un poco de morder y mascar"; por otro lado la princesa Eilonwy es como un respiro a tanta masculinidad que parece haber en el ambiente que rodea a Taran, le da una perspectiva distinta a las aventuras y es una voz que sin duda intenta hacerse oír en todo momento. Ambos personajes, Taran y Eilonwy, tienen aproximadamente la misma edad, lo que genera una especie de unión entre ambos, pese el chico en un primer momento no parece estar dispuesto a aceptar que una chica como ella los acompañe en la empresa que le dejó Gwydion, y son esas disputas las que hacen que el camino sea un poco más tolerable, recordándole al lector que ambos son personajes muy jóvenes y que les quedan varias cosas que aprender, además que en más de una ocasión logran sacarle a uno una sonrisa del rostro (especialmente cuando Taran mete la pata al remarcar que Eilonwy es una mujer).
Pese a la similitud del nombre
con Las Crónicas de Narnia de C. S.
Lewis (y tal vez el hecho de que Disney haya
llevado a ambas a la pantalla grande), son dos sagas muy distintas entre sí.
Donde Prydain me recuerda mucho más a
los relatos artúricos y medievales, Narnia
crea un mundo totalmente distinto, donde la mitología va más allá de las páginas,
aunque las novelas de Alexander no se quedan atrás, ya que nos introduce
algunas creencias galesas y seres fantásticos de su invención como Gurgi o los
llamados gwythaints – una especie de pájaros, muy parecida al mitológico grifo
pero más pequeño, y a los que Disney, erradamente, caracterizó como dragones en
su adaptación cinematográfica–.
La narrativa es bastante fluida y
no es muy compleja, por lo que se facilita el ritmo de la lectura. Un detalle
curioso y que me parece que vale la pena remarcar, es el hecho de que cada cosa
sea detallada y descrita a la perfección, a excepción de Taran, incluso en los
libros siguientes, jamás se describe al protagonista, lo que hace que los
lectores tengan una libre elección a la hora de imaginarlo.
Aunque es el primer libro de la
saga, me parece que la introducción de los problemas ha sido demasiado abrupta,
pero igualmente se ve justificada con el correr de las hojas.
DATOS DEL LIBRO
·
Nº de páginas: 224 págs.
·
Editorial: ALFAGUARA
·
Lengua: ESPAÑOL
·
Encuadernación: Tapa blanda
·
ISBN: 9788420466279
·
Año edicón: 2003
·
Plaza de edición: MADRID
EL CALDERO NEGRO
Sinopsis: Las huestes de
Arawn aumentan en número, dispuestas a servir al mal, el caos y la destrucción.
El secreto se encuentra en el Crochan, un caldero negro en posesión de Arawn en
el que éste introduce a los guerreros muertos para convertirlos en feroces e
inmortales engendros a su servicio. Dallben, hechicero y maestro de Taran,
convoca un Consejo al que asiten los más valerosos guerreros de Prydain. Es
necesario recuperar y destruir el siniestro caldero antes de que sea demasiado
tarde. Dispuestos a llevar a cabo tan arriesgada misión, los defensores del
bien y la justicia parten hacia un incierto destino. Taran y sus amigos
sortearán mil y un peligros y se enfrentarán a los más temibles adversarios.
Crítica:
Las aventuras de Taran continúan
un año después del enfrentamiento con el Rey con Cuernos, esta vez a causa de
una misión que encabeza el Príncipe Gwydion para poder apoderarse del Caldero
Mágico de Arawn, con el cual el Señor de Annuvin crea su ejército inmortal,
para poder destruirlo y detener así los maléficos planes de este villano de apoderarse de la Tierra de Prydain.
Una vez más, se unen a la
aventura Gurgi, Doli, Eilonwy y Fflewddur, quienes además son acompañados por
nuevos personajes como el bardo Adaon, Ellydir el arrogante y orgulloso
príncipe de Pen-Llarcau, el Rey Smoit y el Rey Morgant, quienes deberán enfrentarse a una serie de peligros inigualables para poder tomar el Caldero de Arawn, incluso aún cuando parece que este ha sido robado por alguien más, lo que provoca que las tropas sean divididas y una vez más, Taran deba decidir cuál camino es el que debe tomar: si encontrar el Caldero por su cuenta o regresar a Caer Dallben con las manos vacías a la espera de Gwydion.
En esta entrega podemos ver en la
narración un avance inigualable, la trama se va hilando de manera tranquila
pero sin perder el ritmo. A mi parecer es incluso mejor que la novela anterior,
ya que se ahonda más en las personalidades de cada uno de los personajes,
logrando que uno se identifique más con Taran e incluso se emocione con el
correr de las hojas.
Los personajes son más logrados y
vemos facetas interesantes en cada uno de ellos que sorprenden al correr de las
páginas. En este detalle no puedo dejar de comparar a Alexander con la
narrativa de J. K. Rowling, escritora de Harry Potter, ya que llegados a un
punto ambos parecen tener predilección por hacer que los personajes hagan lo
inesperado, sin duda una de las mejores formas para atrapar la atención del
lector. Sin duda Taran se ha convertido en uno de mis personajes favoritos por su simplicidad y su sed por descubrir quién es en realidad, y es que no le es una tarea fácil, ya que a lo largo de estos dos libros hay personajes que parecen empeñados en destacar que no posee linaje alguno y que es un "mero" Aprendiz de Porquerizo. Cosa que, como capaz hallan podido deducir, le añade una pizca de humildad ante todos los retos que debe superar.
Como es obvio, es en este libro
en el que Disney se basó mayoritariamente para hacer su obra cinematográfica,
pero después de haber leído estos dos libros, puedo asegurarles que hubiera
preferido que tal vez los adaptara de la misma forma en que adaptó a las
Crónicas de Narnia, ya que se pierde demasiado parte de la trama, igualmente
este es un punto que dejaré para más adelante cuando hable de las adaptaciones
que Hollywood hace a los best-seller mundiales.
De momento solo puedo añadir, una
vez más, que estos dos libros son atrapantes. Y lo mejor de todo es que son
parte de una saga apta para todas las edades, ya que contiene temas variados
con los que un niño, un adolescente o un adulto, incluso, podrán sentirse
identificados.
DATOS DEL LIBRO
·
Nº de páginas: 224 págs.
·
Editorial: ALFAGUARA
·
Lengua: ESPAÑOL
·
Encuadernación: Tapa blanda
·
ISBN: 9788420466286
·
Año edicón: 2003
·
Plaza de edición: MADRID
Espero que les haya picado la
curiosidad y si lo llegan a leer o ya lo leyeron, me comenten sus experiencias.
¡Nos leemos en la próxima
entrada!
¡Por fin alguien que leyo Prydain :'D !
ResponderEliminarYo AME estos libros, lastima que casi nadie los conose :/